¿Te cuesta conciliar el sueño? ¿Sientes que no descansas lo suficiente? Controlar todos los factores que influyen en la calidad del sueño es complicado, pero es posible adoptar hábitos que permitan que duermas más y mejor. En el post de hoy te damos algunas pautas.

La higiene del sueño son un conjunto de pautas o hábitos que ayudan a tener un sueño reparador. Es decir, aquel sueño que nos ayuda a eliminar el cansancio acumulado a lo largo del día y nos produce y facilita un descanso físico y mental. Por ello, cómo dormimos influye en cómo va a ser nuestro rendimiento durante el día siguiente.

¿Por qué es importante tener un sueño reparador? Dormir es la forma que tenemos de recargar nuestro cerebro, nos ayuda a disminuir el consumo de energía y se reduce la presión arterial y el ritmo cardíaco. Además, el no lograr un sueño adecuado puede afectar a diversas variables de nuestro día a día. Algunas de sus consecuencias son, por ejemplo: la aparición de irritabilidad, apatía, dificultad para la concentración y la atención en ciertas tareas, problemas de memoria, fatiga o cansancio, entre otros.

Para evitar estas consecuencias negativas, en el post de hoy daremos algunas pautas que pueden ayudarnos a conseguir un sueño de mayor calidad:

1. Evitar ver la televisión, móvil o cualquier otro aparato electrónico en la cama antes de dormir. Esto solo hace que la actividad mental se acelere, y queremos todo lo contrario.

2. Evitar bebidas estimulantes, con cafeína o teína, al igual que comidas copiosas antes de dormir, incluso durante la tarde o al final del día.

3. Realizar ejercicio físico moderado y de manera regular te ayudará, siempre y cuando se realice como mínimo 2 o 3 horas antes de irte a dormir. De esta forma evitaremos acostarnos sobre activados, pero conseguiremos haber realizado un gasto energético que facilitará el sueño.

4. Dormir en un ambiente cómodo, con bajo nivel de luz y ruido, es esencial para ayudar a nuestro organismo a conciliar el sueño.

5. Evitar siestas prolongadas. Lo recomendable es una siesta de no más de 30 minutos, y nunca hacerlo a última hora de la tarde.

6. Mantener un horario regular de sueño. Es recomendable intentar levantarse y acostarse a la misma hora todos los días.

7. Reducir el tiempo en la cama. Si no se consigue conciliar el sueño en 15 minutos, es recomendable salir de la cama y hacer cualquier otra tarea o relajarse en otro lugar. Cuando aparezca el sueño volver a la cama.